MARIANO
IBÁÑEZ
El proceso de la pintura
“Una vez se empieza a pintar, al transcurrir un tiempo, que no sabría determinar, se deja de pensar en palabras que representan las cosas que se están pintando.
El pensamiento pierde la capacidad de nombrar el motivo y todo se convierte en formas y texturas de color anónimas».
El autor
Estudia Derecho y Economía, letrado de la Administración, apasionado por la pintura combina su actividad profesional con el arte. Realiza estudios complementarios en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y en la ciudad de Oviedo, circunstancias que le dan la oportunidad de percibir la estética paisajística del norte de España. Visita San Sebastián, ciudad de la que pinta sus playas y sus paisajes.
La Obra de Mariano Ibañez
Todas las obras de Mariano Ibáñez son pintadas “alla prima” con espátula, sin boceto previo, y terminadas como máximo en tres sesiones de trabajo. Obras que una vez firmadas jamás rectifica. De ahí la frescura del resultado que no admite ningún aspecto dubitativo durante su ejecución. Pintor que huye del reconocimiento oficialista, a pesar de que concurrió con éxito a exposiciones colectivas, premios y certámenes pictóricos, llegando a realizar exposiciones personales. Su pintura la dirige a todo el mundo buscando la cotidianidad del arte.
Alicante
Alicante en el recuerdo
Playa San Juan
Pueblos Alicantinos
Paisajes
París
Durante las estancias de Mariano en Paris, tiene la oportunidad de conocer las más importantes galerías de arte parisinas. Amante sin reservas del impresionismo, en su primera visita al Museé D’Orsay, al que vuelve recurrentemente, la visión directa de la obra de los maestros impresionistas le resulta impactante, representando un antes y un después en su visión de la pintura.
Biarritz
Madrid
Costa Alicantina
San Sebastián, Gijón y Santander
Formentera y Tossa de Mar
El estilo
El vitalismo y la alegría del verano inunda la tendencia del estilo pictórico de Mariano Ibañez, que se transmite en sus obras, especialmente a través de sus marinas, con la única pretensión de que el observador participe de su propia introspección, evocando sus momentos felices, sus mejores recuerdos frente al mar.
Pintor autodidacta, estudia las técnicas pictóricas con el mismo rigor que aplica en su profesión.Lector empedernido, convierte a “Los materiales de pintura y su empleo en el arte” de Max Doerner, profesor que fue de la Pinacoteca de Munich, en una de sus lecturas favoritas.
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Mariano Ibáñez, el pintor de lo inmediato
Es en este territorio es donde se encuentra cómodo el pintor Mariano Ibáñez, que otea esta perspectiva postmoderna liberadora del canon y adopta referencias luministas en el tema y herramientas expresionistas en la técnica para transmitir una suerte de vitalismo y alegría en sus obras con la pretensión de dulcificar lo ácido y prosaico de esta vida. A base de densos empastes y grattages aplicados con rapidez por su espátula, hasta con impaciencia, interviene el lienzo o la tabla de modo sucesivo con capas de colores cuyo resultado final está impregnado de la Joie de vivre. Mariano Ibáñez se empeña en enviar un soplo de brisa desprendida de sus cuadros que acaricie al espectador sin mayores pretensiones, transmitir el encanto de las marinas, playas y ciudades que conoce y que ha integrado como una segunda piel a lo largo de su extensa vida. Ibáñez es un postmoderno que ha ido espigando a través de sus densos empastes las experiencias expresionistas de los pintores alemanes y nórdicos de entreguerras (Nolde, Kirchner, Grosz), mirando de reojo las obras de K. Korovin o R. Liberace y las técnicas del movimiento de abstracción gestual valenciano, desde Juana Francés , Alfonso Saura, Ramón Castañer o el mismo Grup D’Elx quienes plasmaban su denuncia social con una gestualidad matérica tan alejada de la placidez de los otros luministas levantinos de la escuela de C. Pla y J. Sorolla con los que más se identifica la paleta de nuestro pintor.
El artista ya ha olvidado los tambores y sus cuestiones existenciales las resuelve por otros caminos. Lo que a él le interesa es su espátula embebida de colores cálidos mediterráneos que aplica consiguiendo una reverberación atmosférica sorprendente e intimista impactando en la retina del espectador e invitándole a disfrutar de sus obras, a interpretarlas según su sensibilidad… y es que todas ellas invitan a una sonrisa, son un viaje agradable y gratificante hacia el despertar de lo amable y placentero.